Agrimensor Víctor Hansjurgen Haar

VICTOR HANSJURGEN  HAAR

In memoriam

Escribe: Prof. Agrim. Acad.  S.G. Bartaburu

Conocí a Víctor a principios de 1952 en nuestra Facultad de Ciencias Exactas Físicas y Naturales de la Universidad Nacional de Córdoba.

Agrimensor egresado de la Universidad Nacional de Buenos Aires, venía a solicitar equivalencias para cursar la carrera de Ingeniero Geógrafo, creada y organizada por el Profesor Émerito Ingeniero Jagsich sobre la base de una currícula de actualidad. Haar fue admitido y pasó a ser mi compañero de estudios en idénticas condiciones para cursar la carrera.

Una de las asignaturas a cursar era astronomía práctica cuya finalidad principal debía conducir a la determinación de las coordenadas geográficas de un lugar por observaciones estelares, procedimiento muy distinto al que vendría 30 años después con la tecnología actual.

Cursamos la materia con el propio profesor Jagsich en el primer semestre de 1952, pero cuando empezaba el segundo semestre, se presentó un nuevo profesor titular designado por decreto del poder ejecutivo nacional.

El Doctor Jorge Sahade era agrimensor y astrónomo, y también seria director del Observatorio Astronómico de Córdoba. Al hacerse cargo de la cátedra, el nuevo profesor convocó a los alumnos inscriptos. Solamente nosotros dos formábamos el curso de astronomía práctica, poniendo en su conocimiento que ya la habíamos cursado con Jagsich y solo debíamos presentarnos al examen final. El profesor Sahade no aceptó esta situación y debimos hacerlo nuevamente con una orientación enteramente teórica que difería decididamente del concepto de Jagsich.

De allí que las clases del nuevo profesor eran desarrollos matemáticos y las intensas prácticas de observación corrían por nuestra cuenta sin ayuda ni asistencia docente.

Duramente los trabajos, conocí verdaderamente la capacidad intelectual de Haar, su férrea voluntad para resolver los programas de observación y su generosidad para compartir conmigo sus conocimientos y su vocación hacia la Agrimensura.

Viene a mi mente un episodio originado durante las observaciones estelares, recepción de señales y tareas complementarias que realizábamos en la terraza de la facultad donde existían pilares de observación y cuyo acceso era solamente un ascensor interno.

Una noche de las tantas en que tratábamos de conseguir el segundo de arco, no advertimos que el ascensor estaba decididamente estacionado en la planta baja del edificio. Habíamos quedado encerrados en la terraza y nuestras llamadas al encargado, que no estaba demasiado lejos en su casa, no eran recibidas aun en medio del silencio de la noche.

Terminadas las observaciones, aceptamos que no había forma de salir y que nadie vendría hasta el día siguiente. Sin agua, sin alimentos y sin abrigo, decidimos esperar. Entonces aparecieron unos caramelos en algún bolsillo y Haar sacó su armónica de mano, la cual tocaba muy bien. Música folclórica y caramelos mediante, nos sorprendió el amanecer con agradable sol sobre los edificios de nuestra histórica ciudad.

Entre las otras materias a cursar, estaba fotogrametría, pero la Facultad no tenía equipamiento alguno; así es que lo hicimos en el Instituto Geográfico Militar cuyo curso fue dirigido por el Doctor Francisco Maranca, por entonces al servicio de la institución. Pero lo notable es que allí estaba esperándonos Víctor Haar que también pertenecía I.G.M. Además, contábamos con la presencia del agrimensor Juan Abecian técnico del I.G.M., distinguido colega y amigo, que luego seria presidente del Centro Argentino de Cartografía.

En esa oportunidad, conocí a los señores padres de Víctor y a su única hermana en la localidad de Béccar. Excelentes personas pertenecientes a un hogar típicamente alemán.

Víctor obtuvo su título de Ingeniero Geógrafo e inmediatamente fue contratado por nuestra facultad como profesor titular de cartografía y de fotogrametría, oportunidad en que me tocó desempeñarme como su adjunto. Desde entonces, de una u otra forma, compartimos nuestras vidas profesionales.

En tantos años recibí valiosos conocimientos provenientes en su generosidad. Haar era un estudioso de los problemas de la Agrimensura; podía resolverlos tanto en lo estrictamente académico como mediante procedimientos sencillos e ingeniosos sin desmerecer por ello, los resultados mas exigentes, haciendo gala del sentido común no siempre presente en el campo de la tecnología.

Esta capacidad fue puesta de manifiesto en el Segundo Congreso Nacional de Agrimensura (Mendoza de 1961), al que asistimos para tratar un único tema: “La Misión del Agrimensor”, que, hasta entonces, no gozaba de objetivos claros.

Él presento en esa oportunidad un informe técnico de 80 páginas en las que desarrollo con términos tan claros como precisos la relación entre el derecho, el territorio, sus límites y su ordenamiento, así como la geometría territorial, la geodesia, la cartografía y otros campos propios de la agrimensura. En 1971 la Universidad Nacional de Córdoba publicó el trabajo en forma de libro: MISION DEL AGRIMENSOR, que ha servido de lectura y de información para nuestros alumnos.

Haar no siempre estuvo vinculado a las universidades o al Estado. Siendo independiente ejecutó mensuras tanto en la Patagonia Argentina como en las Islas del Delta del Paraná.

Nuevamente, en los años 70, compartimos tareas catastrales en algunas provincias argentinas. Fueron 10 años intensos que me permitieron confirmar una vez mas, la capacidad técnica de este amigo y compañero de siempre. Integrantes, además de la Comisión del Doctorado en Agrimensura de la Universidad Nacional de Catamarca durante años con Analia Argerich e Hilda Herrera. Iniciada cada reunión, Haar abría su portafolio y de allí salía un nuevo libro de geodesia o novedades propias de la agrimensura, que lamentablemente no teníamos el tiempo suficiente para brindarle la debida atención.

Por esa época, ya le aquejaba una terrible enfermedad de progresión invalidante, que no fue suficiente para disminuir su actividad intelectual. Muchas veces, lo visite en su casa de Villa Belgrano en la Ciudad de Córdoba y sobreponiéndose al deterioro físico que le invadía, disfrutábamos de nuestra conversación habitual con su siempre fresca actividad intelectual que conservó hasta último momento.

Haar dominaba el idioma alemán, lo que le permitía el acceso a los avances tecnológicos de la geodesia, fotogrametría, cartografía y otras ciencias propias de la agrimensura.

El Profesor Émerito de la Universidad Nacional de Córdoba, Ingeniero Víctor Hansjurgen Haar falleció el 12 de agosto de 2012, no sin dejar valiosos trabajos para la agrimensura, producto de su permanente inquietud por la ciencia y su aplicación práctica.

Los que hemos disfrutado de una relación permanente tenemos con él una deuda que solo se mitiga un poco, con este recordatorio que es tan solo una síntesis de sus valores. Necesitaríamos mucho espacio para que fuera un sentido homenaje a su trayectoria. Por otra parte, todos los agrimensores le debemos algo desde que interpretó y puso en claro nuestra relación con la sociedad a través de esta profesión noble y milenaria hasta nuestros días, en que la tecnología moderna ha consolidado muchos de los principios que él divulgaba con fundamentos de futuro.

Vale entonces, no olvidarnos de este colega en reconocimiento por cuanto trabajó y mejoró aspectos básicos de la agrimensura.

Con todo respeto, me permito sugerir se le rinda homenaje con motivo del próximo aniversario de su fallecimiento. Si esta sugerencia se hace realidad siempre estaremos recordando a Víctor Hansjurgen Haar.

S.G. Bartaburu

Córdoba, 7 de mayo 2019.

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Escribe: Dra. Agrim. Mabel Alvarez

Estos párrafos dedicados a Víctor Hansjürgen Haar, cuya imagen y legados nos acompañarán por siempre, si bien se escriben con motivo de su desaparición física, acaecida el pasado 12 de agosto en la Ciudad de Córdoba, Argentina, pretenden compartir brevemente algunos aspectos de su profunda labor, que son guía en nuestras vidas y claros enriquecimientos para la Agrimensura del país.

En mi caso particular, tuve el honor en los primeros años de mi actividad académica universitaria, de que el Tribunal en los concursos para profesor de las Cátedras de Catastro y de Agrimensura Legal de la Carrera de Agrimensura en los cuales me presenté en la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco (UNPSJB), estuviera integrado por Víctor Haar, Héctor Bernardo Oddone y Juan Manuel Castagnino. Era clave en esos momentos, en que en la Patagonia vivíamos cierta soledad intelectual, producto de la distancia a las grandes ciudades y la carencia de medios dinámicos de comunicación, que personalidades de ese nivel pudieran evaluar nuestro trabajo. Debo decir que los tres miembros del Tribunal, marcaron hitos importantes en mi vida y en el camino, que desde ese momento en más, seguiría en la profesión.

Al año siguiente de esos concursos, Víctor Haar comenzó a desempeñarse como profesor viajero en la sede Trelew de la UNPSJB, donde se impartía la carrera de Agrimensura, con una estancia de una semana al mes. De ese modo su tarea académica se desarrollaba en las Universidades Nacionales de Córdoba, de Catamarca y de la Patagonia San Juan Bosco.

Durante varios de los años que asistió a la UNPSJB, tuvimos la oportunidad de contar con su invaluable y desinteresada ayuda para comenzar a delinear el Sistema de Información Territorial de Chubut, desde la Dirección de Catastro provincial, con alcance a ese Organismo, a todos los municipios y otras dos instituciones. Nuestro profundo interés en aprender y fortalecernos en el tema y la enorme generosidad de Víctor hizo que destinara su tiempo libre de todas las semanas que venía a Chubut a ayudarnos en el Catastro provincial, tarea que se prolongó alrededor de seis años, sin percibir remuneración alguna. Recién, luego que pudimos plasmar el desarrollo del Sistema de Información Territorial, en un Proyecto financiado por el BIRF, se concretaron trabajos de consultoría.

Sus aportes para planificar la red geodésica de Chubut, con vínculos a las redes de las provincias vecinas y a redes internacionales, sus sugerencias para planificar vuelos fotogramétricos y restitución en las áreas urbanas y subrurales y su complementación con imágenes satelitales para el resto de la provincia, metodologías valuatorias, planificación de censos, pasos a seguir para sistematizar la información territorial, hasta entonces manual y el empleo de estándares y codificación de objetos territoriales, con una clara visión respecto a la importancia de desarrollar información territorial compartida entre instituciones, son sólo algunos ejemplos de su labor en esta provincia.

Era sorprendente su enorme capacidad de trabajo, su fortaleza y dominio inigualable para integrar y articular con profundidad diversas disciplinas que convergen a la Agrimensura y desde ese lugar buscar soluciones oportunas para un determinado contexto, con el correspondiente análisis de viabilidad, de costos de ejecución y de sustentabilidad futura, expresados en forma estructurada mediante pasos ordenados, en un lenguaje comprensible, claro y sencillo.

En cada actividad que se presentaba como un desafío, Víctor mostraba su capacidad para desarrollarla, expresando sus puntos de vista con humildad y sabiduría, acompañados siempre de una profunda ética que se reflejaba en todos y cada uno de sus trabajos.

Su convicción que sólo recursos formados podrían sostener las nuevas tecnologías que se pretendían incorporar a las instituciones públicas, se materializaba en su motivación e interés en formar a otros, a través de instancias de capacitación formal, no formal e informal. Un “maestro” para guiar en la construcción colectiva del conocimiento.

En mi caso particular, fue Víctor Haar quien me brindó los contactos iniciales para poder ver cómo estaban desarrollados otros catastros más allá de las fronteras de nuestro país y otras instituciones, concretando visitas de varios días al Catastro de Hannover, a los Registros Públicos de Holanda y a proveedores de tecnología, tales como la Empresa Carl Zeiss. Los contactos iniciales con la FIG y con especialistas nucleados en esa Federación, fueron también vínculos logrados a partir de su iniciativa.

A la Provincia del Chubut, le brindó mucho de su saber, de su tiempo y de su ilusión de que contara con un Sistema de Información Territorial interinstitucional, para satisfacer las necesidades de las acciones de gobierno y de la sociedad.

Recuerdo con admiración y respeto la dimensión de su cultivado intelecto, su carácter amable y su espíritu sensible.

Quienes hemos tenido oportunidad de compartir con tan eminente persona, hemos podido crecer y al mismo tiempo sentir el profundo compromiso de llevar a la práctica en nuestras vidas parte del modelo que nos brindó.

Víctor Hansjürgen Haar recibió muchas distinciones, tales como la de Profesor Emérito, pero creo nunca tantas como hubiere merecido.

Si bien es inevitable el profundo dolor de su partida, es momento también de poner en valor el compromiso de difundir su legado para mantener vivida su presencia en la Agrimensura Argentina. Su partida deja en nuestras manos la responsabilidad de la permanencia y visibilidad de su obra.

Fuente: Texto publicado en la Revista Agrimensura, ISSN 0329-711, X año 0, Número 35, diciembre 2012, págs. 12-13.

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